Me encanta la celebración del Día del Cariño. Corazones, dulces y pasteles…decoraciones, sorpresas, flores, globos y cenas románticas. El amor realmente se respira. Se observan las sonrisas, las manos enlazadas, los besos tiernos o arrebatados. Para muchos es una fecha más; otros tantos tratan de obviarla. Es una fecha donde se pueden abrir heridas que no han sanado o recordar personas que ya no pertenecen más que a nuestra sutil forma de idealizar lo que una vez fue y ya no es. Hay otros que dicen que es una fecha que los comerciantes aprovechan para sacarle raja a lo gamonales que se ponen los tórtolos. Muchas de estas personas pregonan que el Día del Amor y la Amistad no debe ser uno sino que todos los días del año. Con esto último también estoy de acuerdo, pero soy promotora de recordarlo un poco más una vez al año.
¡Qué lindo sentir las cosquillas en el estómago, las mejillas sonrojadas y la emoción del corazón que al palpitar quiere también salir a abrazar a la otra persona! Hoy soy yo la dichosa porque hay alguien por allí que está conquistando mi corazón. Nos conocemos desde hace mucho tiempo. Nos llevamos muy bien y somos muy buenos amigos. La verdad es que él me conoce sumamente bien porque le tengo mucha confianza. Y, si me preguntan, no siento el tiempo cuando estoy con él. Él es el hombre más caballeroso que existe y tiene a su favor que ya conquistó a mis papás también. Hoy me dijo que quería enamorarme, conquistarme, seducirme, hablarme al corazón y lo escuché. No pude más que caer derretida.
¿Cuántas veces no me he visto yo mendigando por amor? No del tipo que prodiga la familia porque he sido bendecida y privilegiada, ya que ese nunca me ha faltado. Sí, he mendigado amor al estar esperando que me contesten algún mensaje enviado, al mover cielo y tierra por ver a alguien aunque sea unos minutos o al apresurarme y no permitir que me conquisten. ¿O cuántas veces he tratado de ocultar mi deseo de compartir amorosamente con alguien diciendo que no es mi tiempo porque tengo mil sueños por cumplir y planes por realizar antes de estar con alguien, creyendo que me van a desviar de ese camino? Hoy fue diferente…hoy él me dijo que soy única y que así le gusto. Que disfruta estar a mi lado y que se entristece cuando yo me alejo. Cerré mis ojos y me permití sentir cuando me acariciaba suavemente el pelo y el rostro.
Una vez más, Dios incansablemente toca a la puerta de mi corazón. Me encontró dispuesta a escucharlo y a dejarme envolver por su amor, por su ternura, por su calor…por Él. Me estoy enamorando una vez más…¡y qué mejor que celebrar el Día del Cariño, la Amistad y el Amor junto al mejor amante que cualquiera pudiera desear! Deseo que este no sea un día donde nos entristezca no tener una pareja, donde nos sintamos obligados a hacer algo por la persona con la que ya me acostumbré a estar o donde recordemos con nostalgia a aquellas viejas amistades que cambiaron de rumbo. Anhelo profundamente que toda duda, inseguridad, rencor, tristeza y enojo se desvanezca. Sinceramente espero que este sea un día donde celebremos la vida, la familia, los amigos que nos acompañan en nuestro caminar actual, las actividades que nos energizan y potencializan lo mejor de nosotros. Que este sea un día donde abramos lo profundo de nuestro ser y que nos dejemos conquistar de par en par. Que sintamos ese poder, ese amor, ese fuego intenso en nuestro interior y podamos sentir ese beso en la frente y ese abrazo del Padre que nos dice: “Vuelve a casa, hijo; no importa lo que hayas hecho, hija. Te he estado esperando con Amor Eterno.”
-LPGC/14.02.16-